Colectivo Pessoa: Escritos sobre fútbol. Análisis retrospectivo e introspectivo del deporte. El fútbol sí tiene memoria. colectivopessoamasalladelgol@yahoo.com
lunes, 27 de julio de 2020
ROGER MILLA
viernes, 24 de julio de 2020
VARVARIDAD ( I )
Fue
en el Mundial de Rusia, entre junio y julio de 2018, cuando se hizo la
presentación de gala de la tecnología VAR (Video Assistant Referee).
Anteriormente se había probado en más de ochocientos partidos de diferentes
categorías y torneos, con la finalidad de ajustar su correcta intervención.
Asimismo, en un estudio encargado por la International
Board a la Universidad de Leuven, se
corroboró que el VAR acertaba en más del noventa y ocho por ciento de las
decisiones y que por tanto, era una herramienta que ya estaba lista para ser
utilizada en los grandes eventos.
Durante
el Mundial de Rusia se pudo comprobar a nivel global, la incidencia positiva y
el resultado indiscutible del VAR, hasta el punto que el presidente de la FIFA,
Gianni Infantino, declaró: El VAR no está
cambiando el fútbol, sino que lo está haciendo más honesto, más transparente y
más justo.
Como
resultado de la aplicación exitosa del VAR en el mencionado Mundial, la UEFA y
algunas de las ligas más importantes, entre ellas, la Liga española, adoptaron
la tecnología VAR para la temporada 2018-2019 y sucesivas.
Enseguida,
en las diferentes competiciones gestionadas con la tecnología VAR, se pudo
observar que la inocencia general mostrada por los jugadores durante el Mundial
de Rusia, había sido un haz de luz que no volvería a iluminar el espacio
deportivo. Empezó a hacerse realidad el axioma que afirma que el observador afecta
a los comportamientos del observado.
En
todos los equipos sin distinción, se fueron mostrando diferentes artimañas, una
vez que el VAR iba siendo interiorizado por jugadores y cuerpos técnicos. El
VAR ya no solo era una herramienta nacida para impartir justicia, sino que
además podía utilizarse para sacar ventaja de unas cámaras que lo analizan
todo. Especialmente en los saques de esquina y golpes francos al área, se hacía
muy evidente que había una suerte de simulaciones que buscaban que desde el VAR
se cayese en la cuenta de un empujón o agarre, exagerando las consecuencias de
un mínimo contacto. De manera que, poco a poco, se hicieron presentes actitudes
que desnaturalizan el fútbol y, por tanto, lo pervierten.
A
pesar de todo, la primera experiencia con el VAR en la Liga española, pudo
considerarse como válida, notable en su desarrollo, aunque con algunos puntos
oscuros. El presidente del Comité Técnico de Árbitros, Carlos Velasco Carballo, hizo un resumen de la temporada
2018-2019, incidiendo especialmente en que el
VAR no debe entrar en jugadas grises, hemos insistido hasta la saciedad en que
pusieran la línea de intervención muy alta.
La
asimilación del nuevo paradigma por parte de los aficionados se hizo extraña y
difícil: goles anulados por estar el delantero un par de milímetros adelantado
al defensa, aprender de nuevo a celebrar los goles después de un sinnúmero
frustrante de coitus interruptus,
penaltis señalados que nadie había visto,
etc.
La
temporada 2019-2020 empezó igual que la anterior, con todos los participantes
de la fiesta del fútbol mejor adaptados a la intromisión del VAR, visto como
una especie de mal necesario, una herramienta imprescindible que generaba
cierta desconfianza.
La
percepción de que la presencia del VAR alteraba en exceso los comportamientos
de los jugadores se hizo más manifiesta. Tanto en la prudencia, al llevar los
brazos pegados al cuerpo más de lo habitual -algo muy poco natural-, hasta en
la evitación de acciones defensivas con excesivo forcejeo que puedan ser delatadas
por el VAR. También en las tretas de los delanteros, más enfocados en tropezar
con la pierna del contrario que en terminar una jugada.
La sensación general es que una herramienta deseada por todos -en especial en el análisis de los fueras de juego-, está siendo muy contestada por las derivaciones que su aplicación ha generado, concretamente en las jugadas de libre interpretación.
jueves, 23 de julio de 2020
martes, 21 de julio de 2020
ANSELMO FERNANDEZ: LA RECOPA DE 1964
La
figura de Anselmo Fernandez (21 agosto de 1918 Lisboa-19 de enero de 2000
Madrid) destaca sobremanera puesto que a él le corresponde el adjetivo de
precursor al devenir el primer entrenador luso en ganar una competición europea
de clubes.
Pasaría
a la historia del fútbol continental al conquistar la Recopa de Europa de 1964
dirigiendo el Sporting Clube de Portugal, club al cual siempre estaría
estrechamente ligado a nivel sentimental y profesional a lo largo de su vida.
Reconocido
arquitecto de profesión (formó parte del equipo técnico que diseñaría el
estadio José Alvalade, inaugurado en 1956 y desde entonces hogar del club
lisboeta hasta 2003) a la vez que jugador y árbitro de rugby, tuvo que
retirarse prematuramente en 1944 de la carrera de futbolista por motivos de
salud en el club de sus amores.
Es
entonces cuando la arquitectura pasaría a ser su principal dedicación
profesional hasta que en el bienio 1962-1964 se hiciera cargo de las riendas
del club portugués.
No
tuvo una prolífica carrera como entrenador, y después de su exitosa experiencia
en Lisboa, dirigió durante casi 3 temporadas al club CUF Barreiro entre
1965-1968.
Debido
a las graves secuelas derivadas de un accidente de tráfico, se retiraría
definitivamente de los banquillos.
En
lo que refiere a las sucesivas eliminatorias de la competición de los campeones
nacionales de Copa, el equipo verdiblanco acabó haciendo historia superando a
los siguientes equipos:
Atalanta,
APOEL Nicosia, Manchester United y Olympique de Lyon.
Para
el recuerdo de la afición sportinguista queda la eliminatoria de cuartos de
final en la que remontarían al
Manchester United de Bobby Charlton, Georges Best y Denis Law.
Con
un 4-1 favorable a los mancunianos en el partido de ida, en la vuelta en Lisboa
el Sporting CP vivió una de sus más memorables noches al vencer 5-0. Pasaron a
semifinales y superaron al Lyon francés.
La
final se disputaría a partido único el 13 de Mayo de 1964 en el estadio Heysel
de Bruselas y los enfrentaría al MTK Budapest.
Dado
que el partido finalizó con empate a 3, se programó un partido de desempate dos
días después en el Bosuilstadion de Amberes, con victoria final por 1-0 a favor
del Sporting CP. La victoria llegaría con un gol olímpico a cargo de Joao
Morais, algo sumamente inusual.
Significó
el primer y único título continental para el equipo lisboeta hasta día de hoy y
el momento de mayor gloria para el club.
El nombre de Anselmo Fernandez alcanzó definitivamente el estatus de auténtica leyenda y mito en la institución de su vida. ·
lunes, 20 de julio de 2020
JARI OLAVI LITMANEN
jueves, 16 de julio de 2020
SSC NAPOLI BAJO LA LUPA
Faltan
pocas semanas para que se juegue el partido de vuelta de los octavos de final
de la Champions, FC Barcelona – Napoli, y en el entorno culé se tienen malas
sensaciones atendiendo al rendimiento cuestionable que ofrece el Barça.
Es
evidente que después del confinamiento se observa una menor precisión de Messi,
la habitual incapacidad combinatoria de Suárez, el desfondamiento físico en las
segundas partes y la falta de control del partido con la posesión del balón.
A
pesar de todo, entiendo que el favorito es el FC Barcelona, siempre que atienda
a los aspectos necesarios del juego, y que las contingencias del azar, cada vez
más surrealistas desde que se ha instaurado la presencia del VAR, no sean
excesivas.
Lo
primero que sorprende del Napoli es que no juegan a nada semejante a lo que
hacía Gennaro Gattuso, su entrenador. Gatusso era un jugador muy bronco, un auténtico perro de presa, que en su
juventud compagino el fútbol con el rugby. Curiosamente, el Napoli es un equipo
que no muerde, que no tiene en la mente el juego de contacto áspero.
El
jugador más peligroso es Maertens, tanto por su capacidad de desequilibrio como
por su disparo. También hay que prestar atención al habilidoso Insigne. En
defensa destaca Koulibaly, un portento físico, y en el medio campo hay que
vigilar a Zielinski, en especial partiendo desde la frontal del área, con su
quiebro hacia la izquierda y el posterior chut, rápido en la ejecución y muy
seco.
El
equipo es dinámico, con una agresividad controlada, más posicional que de
cuerpo a cuerpo. No presionan la salida del balón, pero se sitúan en posiciones
aptas para cortar los pases, con las líneas bastantes juntas, armónicas,
moviéndose en bloque.
Combinan
bien en ataque, casi siempre con un juego arropado por bastantes jugadores. El
recurso habitual es el regate de los extremos, al igual que las paredes y las
triangulaciones. En ataque tienen chispa y como medida de precaución, en el
Barça debería jugar Semedo de lateral derecho y no Sergio Roberto. De no
hacerlo así, el porcentaje de victoria en la eliminatoria por parte del Napoli
subiría unos cuantos puntos.
Defensivamente
dejan bastante que desear, no tanto por una mala defensa posicional, sino por
el tono general del equipo, de mirada más ofensiva. Los creo especialmente
débiles por los laterales.
Creo
que la posibilidad de que el Napoli haga al menos un gol, es alta. Entiendo que
sería una mala táctica especular en exceso con el resultado de la ida, 1-1, y
jugar a verlas venir. Será esencial encontrar el equilibrio entre firmeza,
prudencia y convicción por ganar el partido.
Los
amantes de la lírica tienen en este partido una posible cristalización poética:
que el joven Riqui Puig sea la clave de la eliminación del Napoli.
Hay
que recordar que el debut de Riqui Puig con el FC Barcelona fue en la gira por
Estados Unidos, en agosto de 2018. Uno de los partidos fue contra el AC Milan,
entrenado en aquellos días por el actual entrenador del Napoli, Gennaro
Gattuso. Suyas fueron estas palabras después de ver jugar a Riqui Puig: “Ver a
chicos que tienen todavía cara de niño y cómo tratan el balón es algo que me
maravilla porque les veo que sienten el fútbol dentro y es algo parecido a la
poesía”.
Como
conclusión a todo lo expresado, si no ocurre nada fuera de lo normal, el Barça
debería pasar la eliminatoria en un porcentaje del ochenta por ciento.
martes, 14 de julio de 2020
ESTÁDIO JOSÉ ALVALADE (1956)
lunes, 13 de julio de 2020
ENTRENADORES LUSOS CAMPEONES DE EUROPA
En
este artículo vamos a analizar los éxitos cosechados por los dos únicos
entrenadores portugueses campeones de Europa de clubes hasta la fecha.
Artur
Jorge (Porto, 13 de Febrero de 1946) pasó a la historia del fútbol al ser el
primer entrenador luso en ganar la Copa de Europa con el FC Porto en la edición
de 1987.
Justo
al terminar su carrera como futbolista en 1978 jugando por Os Belenenses,
decidió dedicarse al estudio del fútbol y sus
metodologías de entrenamiento. Para tal propósito, se estableció durante
un tiempo en Leipzig, en la antigua República Democrática Alemana.
Entre
1980 y 1984 tuvo sus primeras
experiencias como técnico en clubes tales como el Vitoria SC Guimaraes, Os
Belenenses o Portimonense SC.
Llegó
al FC Porto en 1984 y lo llevaría a lo más alto como nunca antes, tanto a nivel
nacional como continental. Baste señalar que el FC Porto sólo había jugado una
final de competición europea antes en toda su historia, la final de la Recopa
que perdió contra la Juventus FC en 1984.
En
aquella edición, a través de las sucesivas eliminatorias de la competición,
desde dieciseisavos de final hasta semifinales, el equipo del norte portugués
se aparejó con los siguientes equipos:
Rabat
Ajax (Malta), Vitkovice (Checoslovaquia), Bröndby (Dinamarca) y Dinamo de Kiev
(URSS).
La
final se disputó en el Prater Stadium de Viena el 27 de Mayo de 1987 y el FC
Porto venció por 2-1 al Bayern de Munich, a priori favorito antes de disputarse
el partido, por su historia, plantilla y dimensión de club.
En
el equipo bávaro, entrenado por aquel entonces por Udo Lattek, destacaban
grandes nombres del fútbol europeo de la época en su alineación titular:
Jean-Marie Pfaff, Michael Rummenigge, Lothar Mathäus, Andreas Brehme o Dieter
Hoeness.
Con
un célebre gol de talón del jugador argelino Rabah Madjer, y con Paulo Futre
destacando sobremanera en sus filas -en la siguiente temporada ficharía por el
Atlético de Madrid de Jesús Gil- el FC Porto remontó en dos minutos
enloquecidos (79’y 81’) el gol inicial del conjunto bávaro y acabó por alzarse
como campeón de Europa de manera inesperada.
Diecisiete
años después, José Mourinho (Setúbal, 26 de Enero de 1963) tomaba el relevo y
se convirtió en el segundo entrenador luso campeón de Europa. Nuevamente a
cargo del FC Porto, al cual había llegado en 2002.
Tras
haber formado parte del staff técnico del FC Barcelona desde 1996 hasta 2000
junto con Bobby Robson y Louis Van Gaal respectivamente, tuvo breves
experiencias en los banquillos como primer entrenador en clubes como SL Benfica
y Uniao de Leiria.
En
tan sólo 2 años, José Mourinho fue capaz de liderar su proyecto y llevar al
club del norte portugués a cotas inimaginables tan sólo un año antes de su
llegada a los banquillos- en 2003 fue campeón de la Copa de la UEFA con el FC
Porto-.
En
esa plantilla destacaban los nombres de Deco- que ficharía por el FC Barcelona
la temporada 2004-05- y Vitor Baía, portero de dilatada experiencia y
contrastada calidad bajo los palos. El veterano guardameta, en el ocaso de su
carrera, añadía a su palmarés el gran título que le faltaba.
En
el transcurso de aquella edición, el FC Porto se encuadró en el Grupo F junto
con el Real Madrid, Partizán de Belgrado y Olympique de Marsella. Acabó en
segundo puesto del grupo perdiendo solamente un partido contra el galáctico
equipo madrileño, máximo aspirante a llevarse el cetro continental.
En
las eliminatorias posteriores, se enfrentaría al poderoso Manchester United de
Alex Ferguson, al Olympique de Lyon y en semifinales eliminaría al Real Club
Deportivo de La Coruña, con polémica arbitral incluida.
En
la final jugada el 26 de Mayo en Gelsenkirchen, Alemania, el equipo liderado
por José Mourinho desde los banquillos derrotó 3-0 al AS Mónaco entrenado por
Didier Deschamps.
En
el equipo del Principado, que había eliminado inesperadamente al Real Madrid en
cuartos de final, destacaban nombres como los de Fernando Morientes y Ludovic
Giuly. Éste último, en un lance que marcaría totalmente el devenir de la final,
cayó lesionado a los 23’ de juego de la primera parte. A partir de ahí el FC
Porto fue amo y señor del partido y José Mourinho se coronó como ganador de la
Champions League en tiempo record, tan sólo 2 años después de su llegada al
club del norte de Portugal.
Respecto
a la Champions League de 2010, la que sería su segundo galardón, el máximo aspirante
por entonces a llevarse el título era el FC Barcelona, ganador de la edición
anterior de 2009.
Con
Josep Guardiola al frente, el equipo catalán estaba mostrando al mundo una de
las más espectaculares propuestas futbolísticas
que se recuerdan, siendo a la vez el equipo base a partir del cual la
selección española se proclamaría campeona del Mundial 2010 en Sudáfrica tres
meses más tarde.
El
Inter de Milán, por su parte, proponía una idea de juego de índole marcadamente
defensiva, derivada de la filosofía italiana del Catenaccio, cerrojo en su
traducción literal.
Pensando
en no asumir riesgos de ningún tipo, el Inter aplicaba una férrea y
disciplinada defensa al límite, con gran intensidad y poderío físico (Lucio,
Materazzi, Walter Samuel) la cual era sumamente difícil de penetrar por sus
rivales. Añádanse los letales y formidables contragolpes y obtenemos así una
propuesta simple en sus principios pero
muy efectiva en resultados, máxime en partidos con eliminatorias a doble
partido.
El
equipo interista se encuadró precisamente en el Grupo F junto con el FC
Barcelona, Rubin Kazan y Dinamo de Kiev.
En
los sucesivos emparejamientos a doble partido hasta ganar la final, el Inter se
enfrentó al Chelsea en octavos de final, al CSKA de Moscú en cuartos y
nuevamente al FC Barcelona, esta vez en semifinales.
Estas
se verían afectadas por la erupción del volcán Eyjafjallajökull en Islandia, lo
que llevó al cierre del espacio aéreo europeo durante las fechas en que se
tenía que jugar el partido de ida en Milán. Dadas las circunstancias, el FC
Barcelona viajó finalmente en autobús hacia el norte de Italia.
Con
un global de 3-2, el equipo lombardo eliminó, no sin polémica de nuevo, al FC
Barcelona, que se quedaba así a las puertas de poder jugar su segunda final
consecutiva.
El
entrenador de Setúbal conquistó su segunda Champions League al frente del Inter
de Milán el 22 de Mayo de 2010 al imponerse 2-0 al joven Bayern de Múnich
dirigido por Louis Van Gaal.
Sin
duda, la plantilla interista era de enorme calidad y disponía de un gran perfil
de jugadores, baste tan sólo con mencionar nombres como los de Julio César,
Eto’o, Sneijder, Lucio, Diego Milito o Javier Zanetti, todos ellos titulares en
la final disputada en el Estadio Santiago Bernabéu de Madrid. ·
ARTUR
JORGE CAMPEÓN Copa de Europa
1987 FC PORTO
JOSÉ MOURINHO CAMPEÓN Champions League 2004 FC PORTO
CAMPEÓN
Champions League 2010 INTER DE MILÁN
domingo, 12 de julio de 2020
JUAN CARLOS HEREDIA ARAYA
miércoles, 8 de julio de 2020
LA DECISIÓN DE SETIÉN
Una vez que en el F. C. Barcelona se han dado cuenta que la Liga tiene
un dueño asignado, Setién ha sido capaz de convencer a los suyos de que era el
momento de cambiar algunos detalles del sistema.
Si a su llegada fueron los mismos jugadores los que exigieron no tocar
nada, pues la aplicación de nuevos conceptos podría perjudicar el triunfo final
en la Liga, una vez que han visto la
inutilidad del esfuerzo por conseguirla -tanto por el juego mostrado, como por
la línea unidireccional del VAR-, ya no tienen una posición de fuerza objetiva
para impedir los cambios necesarios.
Imagino a Setién solicitando el beneplácito de sus jugadores para morir
con sus ideas y no con las prestadas por un entorno que no sabe evolucionar. La
evidencia de los hechos ha permitido unos cambios que si encajan podrían ser
esenciales para presentar oposición en el intento de ganar la Champions.
En Villarreal se ha visto a Griezmann jugando como lo hacía en el
Atlético, con libertad. No es extraño que haya jugado su mejor partido con el
Barça. Al fin hemos visto que los interiores pisan el área contraria con más
decisión, destacando Sergi Roberto, un lateral inadecuado, pero un buen
carrilero para ir de área a área. Parece que Messi, harto de ver que el equipo
no funcionaba, ha sido capaz de aceptar alguna novedad táctica que le afecte,
incluso que se cambie a Suárez.
El Barça ante el Villarreal se ha parecido bastante a la U.D. Las Palmas
de cuando era entrenada por Setién: los jugadores se juntan más en ataque, con
paredes más cortas, con pases más cerca de la frontal del área contraria.
Asimismo, se dilata más la salida del balón para atraer contrarios en su
intento por robar el balón. Es una trampa para salir hacia adelante en un
fútbol siete, pues se dejan a tres jugadores propios y a tres contrarios,
temporalmente fuera de posición.
Defensivamente se corren más riesgos, pero se trata de valorar los pros
y los contras. Un Barça capaz de asediar al contrario, con creatividad
atacante, tiene las de ganar en este combate. Dos centrales bien posicionados y
dos carrileros de más recorrido pueden ayudar en la faceta defensiva, además de
los laterales, y con el medio-centro como central adelantado.
Quedan cuatro partidos de Liga para insistir y perfeccionar la idea. Es
un buen tiempo para conseguirlo, aunque no es seguro que lo consigan.
lunes, 6 de julio de 2020
viernes, 3 de julio de 2020
EL SECRETO DEL GETAFE
He
de reconocer que hace unos meses no tenía predisposición para ver los partidos
del Getafe. No tanto por su manera de jugar sino por una elección más
encaminada al selecto grupo de clubs de la Champions.
Empecé
a interesarme más por ver sus partidos a raíz de los comentarios de algunos
entrenadores y jugadores criticando su estilo de juego. Me dispuse a descifrar
el encriptamiento del Getafe, valorar lo que se escondía a simple vista. Fue
entonces cuando hice un descubrimiento esencial.
Al
margen de los tópicos de su juego -balonazos, fricciones, faltas tácticas,
etc.- resulta evidente que los resultados del Getafe avalan a su entrenador y
sus métodos.
Su
juego parte de una disciplina espartana en la que no se acepta ni una
deserción, ni siquiera de un minuto. Cualquier desconexión mental de alguno de
sus jugadores, revierte en fracaso. Sacando a colación su última hazaña,
eliminando al Ajax en la Europa League, es momento de recordar la leyenda de
Hans Brinker -el niño holandés de ocho años que salvó a su ciudad-, y asociarla
con el Getafe: nadie puede sacar el dedo del dique porque entonces nada de lo
que se haga obtendría resultados.
Bordalás
está llevando a un equipo de jugadores sin renombre hasta cimas insospechadas
utilizando el camino más corto, aunque también el más sacrificado.
Para
ello ha abierto la jaula del azar, le ha mirado a los ojos y ha desarrollado
una idea que pone en jaque a las gentes de palacio.
A
los grandes equipos no les gusta la presencia del azar en los partidos, pues
saben que una dosis mayor de lo esperado, puede cortar el hilo de su collar de
victorias. Esta es la apuesta de Bordalás, provocar que el azar campe a sus
anchas durante todo el partido.
Es
por eso que cada balón despejado, la presión en todo el campo, sin atisbo de
descanso, obedece a una idea fundamental: crear el caos en el contrario, un
caos que convierte el verde tapiz en un laberinto. En este punto, los jugadores
contrarios se sienten incómodos, pues están en un terreno inhóspito, áspero, en
el que hay que desbrozar mucha maleza para llegar a alguna parte.
Expongo
un ejemplo entre varios que podrían citarse: cada vez que el Getafe despeja el
balón en zona defensiva, sin buscar un pase limpio, en lo que parece un recurso
de un jugador de regional, lo que en realidad pretende es conectarse a la
ruleta del azar.
El
balón se despeja a lo largo y a lo alto, de manera que pasa a campo contrario
donde lo espera uno de los defensas, aunque al tener que bajar de las alturas
da tiempo a que un punta se acerque y mediante una disputa de balón muy
estudiada, desplace un poco al defensa para que ante cualquier contacto con el
balón, este salga hacia cualquier dirección.
A
partir de esta situación, dos o tres jugadores del Getafe ya están prestos para
la recogida del balón, uno o dos segundos antes que los contrarios. Lo que
debería haber sido un balón cómodo para el defensa en un despeje habitual, se
convierte en una jugada de riesgo.
En
este hábitat, la infantería al mando de Bordalás, tiene muy claro lo que tiene
que hacer: no buscan el balón, lo cazan.
Cuando
tienen la presa en su poder, con el rival desorientado por tanto cuerpo a
cuerpo, por tanto forcejeo, los jugadores del Getafe saben que es el momento de
aprovechar los segundos de confusión de su rival para dar la estocada.
Soy
capaz de valorar la belleza intrínseca de este planteamiento. Los jugadores del
Getafe son gladiadores que representan una nueva idea de fútbol. Señalan el
camino a tantos equipos que en su imitación sistemática de los grandes,
justifican que nada cambie.
El Getafe es el veneno que hay que inocularse para subvertir el orden establecido.
UNA CENA MUY ORIGINAL
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