martes, 24 de mayo de 2022

APUNTES DEL PASADO

A día de hoy, se pone de manifiesto que, los grandes éxitos cosechados durante la época de Josep Guardiola al frente del FCB, tanto en títulos como en expresión de un modelo estético de juego, se han girado en contra de los intereses del club azulgrana, incapaz de salir del atolladero en el que se encuentra a todos los niveles.

La obsesiva nostalgia del entorno por lo excepcional de aquellos cuatro años entre 2008 y 2012, ha imposibilitado entender que lo irrepetible, cuando sucede, es un regalo fabuloso que se le brinda a uno y que debe ser apreciado desde la conciencia absoluta de lo improbable hecho realidad. En el caso del FCB, tan sólo hace falta repasar su historia para confirmar que, si bien acumula grandes períodos, también los encadena con travesías en el desierto y momentos de crisis y desorientación, como el actual. En suma, que los momentos de gloria son más bien una excepción que no una constante.

En este sentido, ya se reflexionó en artículos anteriores sobre el absurdo que significa querer ver en la figura de Xavi, un cortar y pegar de efectos  instantáneos que llevaría al FCB, de un plumazo y por arte de magia, a las supuestas esencias de un pasado que fue algo único y memorable. La temporada ha demostrado que, a pesar del auto-engaño y los cantos de sirena, todo tiene un proceso que requiere tiempo y decisiones valientes, en consonancia al cruyffismo tan pregonado. Y Xavi aún no ha tomado, después de ocho meses, ninguna decisión de líder como tal.

Ya nadie nombra ni menciona las importantísimas aportaciones tácticas que Rijkaard y Ten Cate plasmaron en el primer equipo entre 2003 y 2006 (la tan cacareada presión en campo contrario, de la cual Luis García, Giuly y Eto’o fueron los abanderados, ubicar a Xavi más cerca del área rival, o el uso de mediocentros vigorosos como Márquez, Edmilson o Van Bommel para compensar técnica y despliegue físico).

Ya sabemos que después de la conquista de la Champions de París, aquella plantilla que aspiraba a todo y más, se desplomó inaceptablemente y sólo ganaría una Supercopa de España entre 2006 y 2008, pero las semillas de todo lo que acabaría llegando después estaban allí.

Es indiscutible que Guardiola se encontró con una gran plantilla que le precedía y que supo motivarla y activarla magistralmente, pero en muchos aspectos, el técnico catalán supo ver en Rijkaard y Luis Aragonés, y éste último en el técnico amsterdamés, aspectos que se antojan cruciales para entender los atributos que han brindado fortaleza y vigor al FCB, y que de manera reiterada, se tienden a desatender en el entorno en pos de una idealización de lo exquisito, que implica efectos nefastos para el global de la idea de juego a llevar a cabo, durante demasiados años descompensada por absurdas y ridículas interpretaciones de nuevo rico (el pitet como su más ridícula radiofónica expresión).

Asombra ver como la nostalgia es tan poderosa como para imposibilitar interpretar bien los últimos cinco lustros de historia del club azulgrana. Ya se sabe que el exceso de nostalgia no es más que el anticipo de una depresión de manual. Es descorazonador darse cuenta de la ceguera y falta de perspectiva a la que se ha llegado en este club.

Veremos si Xavi, el cual tuvo el privilegio de ser entrenado por Van Gaal, Antic, Reixach, Rijkaard, Luis Aragonés, Guardiola, Tito o Luis Enrique entre otros, en su segunda temporada es capaz de activar el modo práctico para poner límites a esta trasnochada interpretación del estilo, a años luz de lo que implican los pilares básicos de la filosofía de juego holandesa: cantera, rapidez en la circulación del balón, primer toque, presión e intensidad, y sobretodo espectáculo, entendido como diversión en el césped y en las gradas, el único antídoto existente a la ridiculez alcanzada con lo estetizante.  

 

miércoles, 11 de mayo de 2022

DESOLACIÓN AZULGRANA

Durante el transcurso del partido entre el FC Barcelona y el Real Club Celta de Vigo, con victoria azulgrana por 3-1, noté una sensación de devastación del club a muchos niveles, anticipando de manera pesimista una travesía de futuro muy dolorosa.

La primera parte del partido fue paupérrima, con victoria parcial del FCB por 2-0, a pesar de haber tenido el equipo vigués las ocasiones más claras, estando parcialmente justificada tanta miseria futbolística por un cambio de sistema y la ausencia de Busquets, organizando el juego y la salida del balón.

La percepción de desolación ya no es solo por el juego en sí, ni por los mínimos y aceptables objetivos cumplidos, sino por algo muy desconcertante que implica un atisbo de ruptura emocional con el club, el resultado de tanta estulticia y falsedad, mezcladas con la idiotez y la prepotencia.

Intentando no verlo todo negro, he de reconocer que no deja de ser meritorio que el FCB se haya asegurado terminar la Liga en zona Champions, siendo muy probable que el equipo consiga la segunda posición. Cierto es que para llegar a la consecución de este objetivo el FCB ha recibido oxígeno y transfusiones de sangre desde todos los estamentos federativos, ya sea en forma de permisos para fichar, arbitrajes favorables y pactos escandalosos, tal y como se ha denunciado en diferentes artículos publicados en el Blog.

La impresión más profunda e íntima de decadencia ha sido llegar a la conclusión de que todo lo que rodea al FCB es de cartón piedra. Desde un estadio que se cae a pedazos, hasta una grada de animación que además de estar subvencionada de uno u otro modo, suena a falsedad, a artificio sin sustancia, evocando cánticos que casi nadie sigue, entonando el himno del Barça sin convicción, intentando dar vida a un moribundo por parte de una platea que en su mayoría va al fútbol de prestado.

Más que una charanga es una letanía que se escucha triste por su impostura, llegando a la fascinación del delirio cuando se repite el mantra de la independencia, una ficción más del millor club del món, del som més que un club, y de tantas ocurrencias que han hecho fortuna en el universo catalán y blaugrana.

Mientras el partido discurría sin orden ni concierto, me vino a la memoria la renovación a la baja de Sergi Roberto, un clavo más en el ataúd, la comprobación de que el club no tiene ningún criterio fiable a la hora de confeccionar la plantilla para la próxima temporada. Sergi Roberto no debería haber jugado nunca en el Barça. Su presencia tantos años en la plantilla, compartiendo vestuario y la banda derecha con Messi, es una de las aberraciones futbolísticas más inexplicables de la historia del fútbol.

La conmoción cerebral de Araujo, inerte en la camilla, mientras los sanitarios se mostraban incapaces de introducir la parihuela en la ambulancia durante unos largos y angustiosos minutos, no hizo más que consolidar el mal augurio en el que está inmerso el FCB.

Para que la sensación de desastre fuese completa solo faltaba resucitar lo ocurrido en el final de etapa de Frank Rijkaard, cuando en la temporada 2007-2008 Deco y Eto’o se borraron del último partido de Liga jugado en el Santiago Bernabéu.

De igual manera, en el partido contra el Celta, Frenkie de Jong, Eric Garcia y Jordi Alba, forzaron la tarjeta amarilla en los últimos minutos, lo que les impedirá jugar el domingo en Getafe cuando la línea defensiva está en cuadro. Es la señal evidente de que el entrenador no ha sido capaz de transmitir honestidad y responsabilidad, esencialmente por permitir conductas inapropiadas en el seno del equipo.

Cuando Xavi Hernández justificó las actividades de Piqué, tanto mediáticas como empresariales, afirmando que el jugador es un gran profesional que necesita todo el trajín que lleva, el entrenador azulgrana se quemó a lo bonzo delante de sus jugadores. Asimismo, desde el club no se ha abierto la boca para reprender a un jugador que se ha excedido en demasiados ámbitos, con el agravante de pretender dar lecciones de moralidad, cuando ha quedado demostrado a los ojos de todo el mundo que es un hipócrita absoluto. La prueba de ello es su silencio desde hace unas semanas, algo inédito en un exhibicionista de manual que se sabe atrapado.

Desde el presidente Laporta, pasando por directivos y cuerpo técnico, se llenan la boca recordando el legado de Johan Cruyff. Es un parloteo gallináceo que pervierte su herencia, pues el genio holandés jamás habría permitido conductas como las de Piqué, ni la degradación de un sistema de juego que, a día de hoy, es la mixtificación de su doctrina futbolística.


domingo, 1 de mayo de 2022

LA PENÚLTIMA ESTAFA

 Siendo grave que en el FC Barcelona vendan humo a todas horas, todavía lo es más comprobar como la masa de seguidores se lo traga sin objeciones y lo respiran a pleno pulmón. Son muy pocos los periodistas que han señalado algunas de las tramas que se esconden detrás de tanta humareda, pero siguen estando demasiado lejos del centro del engaño.

Desde la llegada de Xavi Hernández al FCB, desde todos los vértices del poliedro se ha insistido en la mejoría del FCB en comparación con el rendimiento del equipo bajo la batuta de Koeman. Los meses transcurridos han demostrado que la realidad es testaruda, siendo del todo necesario puntualizar algunas cuestiones, además de aportar alguna revelación escandalosa.

Cuando el humazo se hizo más denso que nunca fue después de la derrota del FCB frente al Real Madrid, el 12 de enero, por 2-3, en la Supercopa jugada en Riad. Nunca una derrota contra el gran rival ha alcanzado un nivel de éxtasis tan absurdo entre las huestes azulgranas, repitiéndose por enésima vez en las últimas temporadas el axioma hemos vuelto, aceptado por toda la masa sin mayores reparos. Ocho días después, el FCB fue barrido por el Athletic de Bilbao, en San Mamés, en partido de la Copa del Rey, por 3-2.

Fueron dos partidos en los que jugaron Ferran Torres, una incorporación de sesenta y cinco millones de euros -entre fijos y variables- y Pedri, de vuelta después de una larga lesión.

El 6 de febrero debutaron dos nuevos fichajes, Adama Traoré y Aubameyang, y el 13 del mismo mes, volvió a jugar con el FCB el denostado Dembélé. De pronto, todo lo que se le había negado a Koeman se le ofreció a Xavi Hernández. Instalado en el elogio desmesurado, el nuevo entrenador alternó aciertos y errores, y a trancas y barrancas, con goles salvadores de Luuk de Jong en los últimos minutos, con ayudas arbitrales, y con transfusiones de sangre nueva, el FCB encadenó buenos resultados mostrando por momentos un buen fútbol, siempre bajo la batuta de un gran Pedri.

La eliminatoria jugada contra el Galatasaray, un equipo menor entrenado por Domènec Torrent -un hombre que estuvo en el equipo de trabajo de Pep Guardiola, desde el 2008 al 2018, en el FCB, en el Bayern y en el Manchester City-, marcó un antes y un después en el devenir más próximo del FCB, pues siendo conocedor de los detalles más íntimos de su juego, fue capaz de desactivarlo, poniendo muy difícil una eliminatoria que si bien fue ganada por el FCB, tuvo como grave secuela mostrar a los ojos de todo el mundo, la manera de bloquear la doctrina aplicada por Xavi, inferida de un manual de instrucciones muy sustancioso pero en su caso concreto, aplicado con poco talento.

Justo después del partido de vuelta con el equipo turco, fue cuando se hizo presente un componente muy distorsionador. Joan Laporta, ebrio por las ocho victorias y tres empates conseguidos después de la derrota en San Mamés, habiendo pasado a cuartos de final de la Europa League, y calculando que el FCB todavía podía ganar una Liga que le pertenecía por contrato -ver el artículo publicado en el Blog el 6 de diciembre de 2021-, exigió su cumplimiento.

Una vez más se le hizo ver que su requerimiento ya no era posible, pues precisaría que el Real Madrid perdiese una ventaja de demasiados puntos, algo que el FCB propició por tantos malos resultados cosechados en los primeros meses de la Liga.

Fue entonces cuando Laporta hizo encajar las piezas, dejando de reivindicar la Liga a cambio de ganar en el Bernabéu de manera clara y contundente. De este modo, el 20 de marzo el FCB ganó por 0-4 al Real Madrid, en una disparatada disposición táctica puesta en escena por parte de Ancelotti, un hombre de club que sabe que en la vida, en determinadas ocasiones, hay que comerse algunos sapos.

Después de una gesta tan fraudulenta, la celebración en el vestuario fue de las que hacen época, con un Laporta desbocado ultimando su plan: el 3 de abril, se celebró la Asamblea Extraordinaria telemática, convocada el 15 de marzo, en la que se ratificó el acuerdo de patrocinio con Spotify, una confianza otorgada a ciegas por los compromisarios gracias a una victoria falsaria en el Bernabéu, la confirmación de que la estafa es la más común de las actividades políticas y sociales, la culminación de la desfachatez de una élite sin escrúpulos.

 

UNA CENA MUY ORIGINAL

Los integrantes de masalladelgol-colectivopessoa , seudónimos anónimos agazapados detrás de heterónimos invisibles, hemos llegado a la con...