lunes, 29 de noviembre de 2021

SOBRE EL GOLDEN BOY

Hace apenas unos días, el jugador canario del FC Barcelona Pedri se alzó con el reconocimiento al premio Golden Boy, un trofeo anual entregado per el periódico deportivo Tuttosport y que, desde 2003, reconoce al mejor futbolista europeo menor de 21 años.

Forzando un poco la interpretación del mismo, podría llegar a considerarse como el equivalente al Balón de Oro, en términos de reconocimiento y resonancia internacional.

En el caso del premio en cuestión, el veredicto del mismo se hace público después de la votación de 30 periodistas de medios de comunicación de todo el continente europeo, entre ellos A Bola, Marca, Mundo Deportivo, etc.

A diferencia del Trofeo Bravo, desde la creación del Golden Boy ningún jugador ha revalidado el galardón.

Si nos sumimos en un análisis básico comparativo para ambos premios de los jugadores que lo han conquistado, el primer dato relevante que obtenemos es el siguiente: tan sólo cinco jugadores han sido capaces de adjudicarse tanto el Trofeo Bravo como el Golden Boy, y son los siguientes:

Wayne Rooney ( 2003 y 2004 ), Cesc Fàbregas ( 2006 y 2006 ), Lionel Messi ( 2007 y 2005 ), Isco Alarcón ( 2013 y 2012 ) y Paul Pogba ( 2014 y 2013 ).

Por otro lado, en toda la historia desde la creación del premio, solamente tres jugadores con nacionalidad española han sido distinguidos con el Golden Boy: Fàbregas, Isco y, recientemente, Pedri González.

A nivel europeo, y para citar a algunos de los ganadores, sobresalen los nombres de Agüero en 2007, Mbappé en 2017 o De Ligt en 2018.

En lo respecta al segundo lugar del podio en reconocimiento, nos encontramos a jugadores de la talla de Thiago Alcántara ( 2011 ),  Romelu Lukaku ( 2013 ), Kingsley Coman ( 2015 ), Ousmane Dembelé ( 2017 ) o Ansu Fati ( 2020 ).

Por último, destacar que el Manchester United es el club que atesora más premios Golden Boy en su haber con un total de tres, seguido de Ajax, FC Barcelona, Borussia Dortmund, Atlético de Madrid, Mónaco y Benfica, con un total de 2 cada uno de ellos.

 

sábado, 27 de noviembre de 2021

TROFEO BRAVO

En el recuerdo de los aficionados más veteranos, quizás la mención al Trofeo Bravo les lleve a los recuerdos del año 1992, mítica fecha en la cual el FC Barcelona se proclamó por primera vez en su historia campeón de la Copa de Europa.

Viene esto a colación porque el primer jugador del equipo azulgrana en llevarse el Trofeo Bravo fue Josep Guardiola, el cual se había asentado en el primer equipo del FC Barcelona en la temporada 1991-92.

Para ponernos en contexto sobre el reconocimiento en cuestión, el Trofeo Bravo fue un premio que se concedió de manera anual entre los años 1978 y 2015, por parte del periódico deportivo italiano Guerin Sportivo.

Hasta 1992, aspiraban a conquistarlo tan sólo los futbolistas europeos menores de 21 años que disputaran alguna de las tres competiciones europeas de clubes de la UEFA, es decir, Copa de Europa, Recopa de Europa o Copa de la UEFA.

Posteriormente, desde 1992 hasta 2015, fecha de su última edición, primarían los méritos futbolísticos durante la temporada para cualquier jugador menor de 21 años que disputara alguna de las Ligas europeas, ensanchándose así las opciones para poder ser ganador del trofeo.

A nivel histórico, en retrospectiva, sobresalen los casos de Emilio Butragueño y Ronaldo Nazário, dado que son los dos únicos jugadores que han sido distinguidos con el trofeo dos veces, hito muy difícil de conseguir dado que, una vez con 22 años, ya no se puede ser candidato al premio.

En este sentido, Butragueño se alzó con el Trofeo Bravo los años 1985 y 1986, destacando a nivel europeo al ser parte integrante del Real Madrid que conquistó 2 Copas de la UEFA consecutivas. Por el contrario, Ronaldo Nazário los obtuvo las temporadas 1997 y 1998, el primero de ellos como azulgrana, y el segundo de ellos como jugador del Inter de Milán.

A nivel de clubes, el que atesora más premios en su haber es el FC Barcelona, con un total de 4 ( Guardiola en 1992, Ronaldo en 1997, Messi en 2007 y Busquets en 2009 ) seguido por la Juventus y Real Madrid, ambos con 3.

Otro dato de interés reside en el hecho de que, desde la creación del torneo en 1978, solamente 2 guardametas alcanzaron la conquista del trofeo. El primero en toda la historia fue Buffon, en 1999, siendo Casillas, por su parte, el segundo y último hasta la fecha, justo el año después.

Entre los muchos jugadores que destacan en el histórico del premio, y por mencionar tan sólo a algunos de ellos, figuran los casos de Van Basten en 1987, Paolo Maldini en 1989, Roberto Baggio en 1990, Robert Prosinecki en 1991, Ryan Giggs en 1993, Cristiano Ronaldo en 2004, Robben en 2005 o Isco en 2013, siendo aún jugador del Málaga CF.

Por último, y como curiosidad a nivel de nacionalidades, en el año 1983 el jugador Massimo Bonini ganó el Trofeo Bravo para San Marino. En 1988, Eli Ohana haría lo mismo para Israel, formando parte del sorprendente KV Malinas que vencería en las finales de Recopa de Europa y Supercopa de Europa en 1988.

 

martes, 16 de noviembre de 2021

LO QUE LOS SUECOS NO SABEN

En el artículo publicado en este Blog, bajo el título “Moralidades actuales”, el día 16 de octubre de 2021, se hacía referencia al robo sufrido por la Selección Española de Fútbol en su partido contra Francia, en la final de la Liga de Naciones.

Asimismo, viendo la sumisa aceptación por parte de los dirigentes de la Federación Española de Fútbol, así como la ausencia de críticas por parte del entrenador de la Selección y de los jugadores, en lo que normalmente debería haber sido un valle de lágrimas por haber sido gravemente perjudicados, hacía suponer que una vez más, y en los tiempos actuales más que nunca, se darían alternativas suficientemente gratificantes como para olvidarse del agravio soportado.

En el artículo en cuestión puede leerse: podría ocurrir que la estafa sufrida fuese un pasaporte hacia otra parte, un salvoconducto que evite situaciones más dolorosas que perder una final.

Para la Selección Española no habría habido peor escenario que tener que jugarse la presencia en el Mundial de Qatar en la repesca. Es por ello que a cambio del silencio ostentoso ante el atraco sufrido ante Francia, se puso en manos de España una solución de emergencia con tal de compensar lo ocurrido: el pase directo de España al Mundial.

Viendo la rueda de prensa previa al partido Grecia – España, pudo verse a un Luis Enrique más dicharachero y chisposo de lo habitual, en una actitud excesivamente desinhibida, como si los partidos restantes fuesen un simple compromiso.

Si bien esta sensación no justifica llegar a conclusiones, solo con ver el penalti pitado a favor de España, en el partido contra Grecia, en el minuto 23 de la primera parte, estando el partido empatado a cero, con los locutores de TV1 plenamente sorprendidos ante la absurda decisión arbitral, al mismo tiempo que callados instantes después a pesar de la escandalosa ayuda, era bien sencillo atar cabos: España iría al Mundial de Qatar, sí o sí, porque quedaría primera del grupo.

Cierto es que todavía tenía que jugarse el último partido contra Suecia en el que una derrota podía haber enviado a España a la repesca, pero lo que los suecos no sabían, y a lo mejor se enteran ahora si alguno llega a leer este artículo, es que las cartas estaban marcadas de antemano, y que de haberse dado alguna situación enojosa durante el partido, o más concretamente en su parte final, atendiendo a que hasta los últimos minutos no se decantó del lado de España, desde el VAR se habría encontrado cualquier justificación para que fuese anulada.

Es la gran ventaja que otorga el VAR, pues permite retrotraerse hasta el absurdo con el fin de encontrar los argumentos que permitan crear un relato a medida en el momento más oportuno, del modo más adecuado. Es decir, la asunción de una solución elaborada ante un problema específico.

El auténtico azar en un campo de fútbol está siendo amordazado de un modo deliberado y constante hasta un punto que merece la pena preguntarse si no sería mejor desconectar de tanta farsa. Es un mal endémico que ahora con el VAR pretende revestirse de legitimidad, cuando no es más que la sofisticación del engaño.

 

martes, 2 de noviembre de 2021

EL MARTIRIO DE KOEMAN

Con la destitución de Ronald Koeman se ha hecho realidad la profecía autocumplida por Joan Laporta. Antes de que eso ocurriese, Koeman había sido humillado en repetidas ocasiones por el presidente del FC Barcelona de manera sistemática y planeada, en una sucesión de declaraciones y hechos que provocan vergüenza ajena.

Ronald Koeman era una herencia de Bartomeu, además de ser un icono del club, y había que decapitarlo, al igual que se hizo con tantos buenos profesionales del FC Barcelona, sin atender a sus méritos. La lista es muy larga, pero merece la pena detenerse en la marcha de García Pimienta, no renovado al finalizar la temporada pasada como entrenador del FC Barcelona B, cuando a lo largo de los años ha entrenado a todos los jugadores del primer equipo del Barça salidos de la cantera, y que ahora bien habría podido ser el recambio natural de Koeman.

En su lugar tenemos a Sergi Barjuan, amigo de Enric Masip, el guardaespaldas vicepresidente de Laporta, que de modo imprevisto ha visto cumplido su sueño imposible de entrenar al FC Barcelona, aunque sea de manera provisional. No tengo nada en contra de Sergi Barjuan, pero es fácil llegar a la conclusión de que no ha hecho méritos para haber llegado a la cúspide y dudo mucho que alguna vez los atesore.

La gestión del resacoso Laporta es lamentable, de arriba abajo y de derecha a izquierda. Se presentó a las elecciones sin programa y desde que ha llegado a la presidencia ha dado un recital de improvisaciones impropias de una persona capacitada. Su intención oculta es aprovechar la favorable situación crítica del club para dar el último pelotazo de su vida y si de paso, salva al FC Barcelona, pues habrá que ir a la fiesta que organice para celebrarlo.

Laporta es de esas personas que se llenan la boca de democracia, pero que en cuanto huele que una votación se le puede volver en contra, como hizo el 17 de octubre en la asamblea de compromisarios, suspende la sesión alegando el motivo más oportuno al caso. Laporta es listo y tiene mucha cara, y ambas cosas sirven de mucho para salir de atolladeros peligrosos. En el Parlament, al margen de su presencia meramente testimonial, aprendió muchas cosas de cómo es la democracia a la catalana.

Koeman ha vivido desde el final de la temporada 2020-2021  un auténtico maltrato por parte de Laporta. Quiso sacárselo de encima nada más terminar la temporada, escudándose en el patético final del FC Barcelona en la Liga, sin atender que el desenlace de la misma estaba pactado de antemano.

El plan de Laporta consistía en forzar su dimisión y de este modo, evitarse la indemnización por despedirlo. Al fallar sus previsiones, no ha perdido la oportunidad de vejar a su entrenador una y otra vez, esperando que al fin Koeman hincase la rodilla. Pero Koeman ha soportado el calvario de manera estoica, incluso tuvo que soportar una avalancha de modernos bárbaros que le esperaban a la salida del parking de un modo muy casual y causal.

Abatido, con jugadores importantes lesionados durante semanas y meses, con una plantilla muy inferior a la del año pasado, con un presidente que ha jugado de manera inmisericorde con su prestigio y dignidad, Koeman ha soportado todas las circunstancias, por adversas que estas fuesen, esperando que en el pulso entre torturado y torturador, el final fuese el de la liberación.

Finalmente Laporta ha tenido que ceder, víctima de lo que él mismo había provocado. ¿Cómo se podía esperar un juego alegre, efectivo y vistoso de un equipo arruinado, con un mal de ojo inyectado en vena y con un entrenador sojuzgado sin ninguna piedad? Koeman en el banquillo era un hombre a la espera de su ansiada ejecución.

 

 

UNA CENA MUY ORIGINAL

Los integrantes de masalladelgol-colectivopessoa , seudónimos anónimos agazapados detrás de heterónimos invisibles, hemos llegado a la con...