Faltan
pocas semanas para que se juegue el partido de vuelta de los octavos de final
de la Champions, FC Barcelona – Napoli, y en el entorno culé se tienen malas
sensaciones atendiendo al rendimiento cuestionable que ofrece el Barça.
Es
evidente que después del confinamiento se observa una menor precisión de Messi,
la habitual incapacidad combinatoria de Suárez, el desfondamiento físico en las
segundas partes y la falta de control del partido con la posesión del balón.
A
pesar de todo, entiendo que el favorito es el FC Barcelona, siempre que atienda
a los aspectos necesarios del juego, y que las contingencias del azar, cada vez
más surrealistas desde que se ha instaurado la presencia del VAR, no sean
excesivas.
Lo
primero que sorprende del Napoli es que no juegan a nada semejante a lo que
hacía Gennaro Gattuso, su entrenador. Gatusso era un jugador muy bronco, un auténtico perro de presa, que en su
juventud compagino el fútbol con el rugby. Curiosamente, el Napoli es un equipo
que no muerde, que no tiene en la mente el juego de contacto áspero.
El
jugador más peligroso es Maertens, tanto por su capacidad de desequilibrio como
por su disparo. También hay que prestar atención al habilidoso Insigne. En
defensa destaca Koulibaly, un portento físico, y en el medio campo hay que
vigilar a Zielinski, en especial partiendo desde la frontal del área, con su
quiebro hacia la izquierda y el posterior chut, rápido en la ejecución y muy
seco.
El
equipo es dinámico, con una agresividad controlada, más posicional que de
cuerpo a cuerpo. No presionan la salida del balón, pero se sitúan en posiciones
aptas para cortar los pases, con las líneas bastantes juntas, armónicas,
moviéndose en bloque.
Combinan
bien en ataque, casi siempre con un juego arropado por bastantes jugadores. El
recurso habitual es el regate de los extremos, al igual que las paredes y las
triangulaciones. En ataque tienen chispa y como medida de precaución, en el
Barça debería jugar Semedo de lateral derecho y no Sergio Roberto. De no
hacerlo así, el porcentaje de victoria en la eliminatoria por parte del Napoli
subiría unos cuantos puntos.
Defensivamente
dejan bastante que desear, no tanto por una mala defensa posicional, sino por
el tono general del equipo, de mirada más ofensiva. Los creo especialmente
débiles por los laterales.
Creo
que la posibilidad de que el Napoli haga al menos un gol, es alta. Entiendo que
sería una mala táctica especular en exceso con el resultado de la ida, 1-1, y
jugar a verlas venir. Será esencial encontrar el equilibrio entre firmeza,
prudencia y convicción por ganar el partido.
Los
amantes de la lírica tienen en este partido una posible cristalización poética:
que el joven Riqui Puig sea la clave de la eliminación del Napoli.
Hay
que recordar que el debut de Riqui Puig con el FC Barcelona fue en la gira por
Estados Unidos, en agosto de 2018. Uno de los partidos fue contra el AC Milan,
entrenado en aquellos días por el actual entrenador del Napoli, Gennaro
Gattuso. Suyas fueron estas palabras después de ver jugar a Riqui Puig: “Ver a
chicos que tienen todavía cara de niño y cómo tratan el balón es algo que me
maravilla porque les veo que sienten el fútbol dentro y es algo parecido a la
poesía”.
Como
conclusión a todo lo expresado, si no ocurre nada fuera de lo normal, el Barça
debería pasar la eliminatoria en un porcentaje del ochenta por ciento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario