La eliminación del FC Barcelona de la Europa League pone de nuevo al FCB ante una realidad que parece aceptada por los dirigentes del club, desde el presidente al entrenador.
Las exculpaciones de unos y otros, que si esta vez plantamos cara, competimos muy bien, etc., son frases hermanas de la casi celebración de una derrota, tal y como ocurrió en las semifinales de la Supercopa de España, en enero de 2022, contra el Real Madrid por 3-2. Hace tiempo que en el FCB se ha interiorizado que hay que aguantar de manera estoica hasta que la tormenta de arena escampe.
Volver a Europa, aunque sea en una competición de menor lustre, con Busquets, recién salido de una lesión, y con el intrascendente Sergi Roberto en la alineación titular, auguraba un final que, por previsible, pone en evidencia al entrenador Xavi Hernández.
En artículos anteriores he cuestionado su capacidad como gestor del FCB, y a pesar de la buena racha en la Liga sigo pensando lo mismo, aunque es menester hacer algunas puntualizaciones.
Xavi Hernández es un hombre de club que se defiende bien en las ruedas de prensa, siempre con un tono reiterativo y amable, sin aristas, con humildad, procurando tener buenas palabras para todos.
Asimismo, hay que darle el merecido mérito en el abandono de la práctica del fútbol de Piqué, una auténtica lacra, tanto en el vestuario como en sus últimas participaciones en el terreno de juego. También puede destacarse la positiva evolución de Dembélé en el juego colectivo del equipo, dándole al jugador la tranquilidad necesaria para que su rendimiento se acerque al notable.
También pongo en su debe una buena gestión de vestuario, destacando de manera particular la efectuada con Jordi Alba. Incluso ha conseguido que Sergi Roberto haya mejorado en su capacidad de lucha, viniendo como veníamos de una vergonzosa actitud timorata, lo que ha repercutido en su juego, siendo menos rutinario de lo habitual.
Para terminar, no se puede negar que la preparación física del equipo es buena, con el añadido de que mentalmente los jugadores están comprometidos con el esfuerzo.
Siendo así, leyéndome, cualquiera puede sacar a colación el hilarante y extraordinario momento en el que los del Frente Popular de Judea -de la película La vida de Bryan- se preguntan qué les dieron los romanos, para llegar a la conclusión de que sí, de acuerdo, pero aparte de los acueductos, la sanidad, el alcantarillado, las carreteras, la medicina, la educación, el vino, los baños públicos… ¿qué han hecho los romanos por nosotros?
A mi entender, Xavi Hernández como entrenador no deja de ser un funcionario eficiente, alguien con pocas luces que tuvo la osadía de explicar en un vídeo la manera cómo iban a jugar sus equipos, siempre con el 4-3-3, creando superioridades, con extremos desequilibrantes centrando al área. Solo por esta actitud infantil y tan corta de miras, habría que observarlo con cierta desconfianza.
Hay que recordar que en la temporada anterior, el FCB fue aupado al segundo lugar de la clasificación con toda clase de artimañas, con una victoria fraudulenta en el Santiago Bernabéu, para compensar que la Liga que le tocaba ganar por decreto sería para el Real Madrid, que anduvo listo ante la mala situación deportiva del FCB, tanto por el acoso y derribo a Koeman, como por el período de transición de Xavi Hernández.
La actual Liga 2022-2023 evoca la anterior, con claras ayudas arbitrales para el FCB, difíciles de entender sino se tiene en cuenta la urgente necesidad que unos y otros -el Barça y el fútbol patrio- tienen para que el FCB gane un torneo importante y así relanzar de nuevo la desequilibrada pugna Real Madrid-FCB.
Se cuenta en La Biblia que Pablo de Tarso, de camino hacia Damasco para continuar en su persecución a los cristianos, se cayó del caballo por la súbita aparición de una luz cegadora que dio inicio a su conversión en San Pablo, transformando su vida hasta el punto de predicar el Evangelio hasta sus últimas consecuencias.
En sentido figurado, Xavi Hernández también se ha caído del caballo, dejando a un lado en partidos de alta exigencia el idolatrado 4-3-3 para pasar a un sistema más dinámico y seguro, en el que jugadores como Pedri y Gavi encuentran una mejor ubicación, y en el que de Jong arropa a Busquets en el doble pivote.
En su día, desde el Blog ofrecimos a Xavi Hernández la posibilidad de comunicarse con nosotros para darle alguna idea futbolística que evolucionase el juego del Barça. He de decir que nadie nos contactó.
Desde hace unas semanas, parece que alguien -Laporta, los Estopa, Guardiola, Jordi Cruyff, etc.- le ha hecho ver a Xavi Hernández la conveniencia de tener una alternativa inteligente ante determinados partidos. La aplicación del nuevo sistema ha implicado una mejoría en el juego que, unida a los favores arbitrales y al estado de gracia de Ter Stegen, está permitiendo al FCB liderar una Liga amañada.
Veremos si con el escándalo Enríquez Negreira cambian los pactos firmados en la oscuridad de la supuesta pandemia. La crisis desatada es de tal calibre, que por el momento, lo único que ha sabido hacer Laporta es ganar tiempo. Tiempo para urdir mentiras y contar patrañas. Pero esta cuestión se tratará en otro artículo.
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