lunes, 3 de enero de 2022

LUUK DE JONG

 Pocas veces se habrá visto en la historia del fútbol profesional tanta dignidad en un jugador defenestrado por todos -catalogado de inútil por los medios de comunicación y afición, y al que el FC Barcelona pretende endosar al Cádiz CF para que deje su lugar a otro jugador-, que en el partido jugado por este delantero entre el Mallorca y el FC Barcelona, en el Estadi de Son Moix, el 2 de enero de 2022.

Quiero dejar constancia de que cuando Koeman pidió la llegada de Luuk de Jong, me pareció un fichaje poco oportuno, más que nada porque el fútbol que practica el FC Barcelona tiene poco que ver con su potencial como delantero centro. Siendo eso cierto, no lo es menos que este jugador hace bien su trabajo cuando se juega para lo que vale: balones al área y que se faje como un gladiador. Aunque esto no es todo lo que sabe hacer Luuk de Jong.

No es un jugador rápido, no es preciso con la definición ante el portero, y tampoco tiene recursos de estilista, pero atesora algunas cualidades que se pusieron de manifiesto en el partido contra el Mallorca.

Va muy bien de cabeza y nunca hace nada para evitar recibir un golpe. Es habilidoso en la complicada salida de balón en los fueras de banda, y por su envergadura aguanta muy bien el balón cuando al partido le restan pocos minutos para finalizar. Descarga bien el balón, incluso con cierta frecuencia con el pecho. Fija a los centrales de un modo clásico, aunque es capaz de salir de su zona de influencia para buscar asociarse con paredes, etc.

Que un jugador en su situación deportiva, rodeado de jugadores sacados de la chistera del FC Barcelona jugase un partido como el que jugó, haciendo el gol de la imprescindible victoria, chutando dos balones a los palos, uno de ellos después de un remate extraordinario de volea-chilena, deberían ser suficientes razones para que se le permita decidir su futuro deportivo hasta el final de la temporada.

Solo por el ejemplo dado, por lo que transmite de honestidad y deportividad por cada uno de sus poros, si finalmente se queda en el FC Barcelona, al margen de sus aciertos en los minutos que juegue, lo que sí es seguro es que servirá de ejemplo para el puñado de jóvenes que aspiran a jugar en el primer equipo del Barça.

Luuk de Jong es la plasmación de la máxima entrega incluso cuando su actual condición profesional es de una elevada precariedad, un hombre que en el peor momento es capaz de conectarse con su épica y su orgullo y dar lo mejor de sí.

En el partido hubo otros jugadores que estuvieron a buen nivel, pero comprobar como desde las emisoras catalanas no se le daba a Luuk de Jong el título honorífico de mejor jugador del partido de manera indiscutible, denota una vez más el servilismo y la necedad de unos profesionales de la comunicación que no saben discernir entre lo sustancial y lo ordinario, entre lo heroico y lo funcionarial.

Luuk de Jong celebró el gol con una felicidad insuperable, como si su realización lo conectara con una causa superior desconocida. Hay momentos en la vida de un ser humano que trascienden al valor objetivo de un hecho en sí, para pasar a formar parte de una leyenda interna e invisible, la constatación de que tu alma está forjada por un material que todavía nadie ha descubierto.

 

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