JOSEP MARIA FUSTÉ (1941-2023)

 

EL ESTRUENDO DE LA FALSEDAD

 El día 5 de marzo de 2023 ya anticipamos en el Blog que el presidente del Fútbol Club Barcelona, el charlatán Joan Laporta, con  la cara más dura que un Pinocho de madera, aparecería tras su demorada comparecencia, con tantos documentos como fuese necesario.

Las cuatro cajas que le escoltaban ante los medios de comunicación, directivos y trabajadores del club, parece que contenían 629 dosiers y 43 CDs, más cuatro informes, toda una demostración de cómo engañar a la turba obnubilada, presta a tragarse cualquier cosa con tal que tenga una apariencia comestible.

Muchas semanas después de lo que aconseja la decencia -emboscado por un largo período de tiempo, necesario para fabricar pruebas virginales-, Laporta hizo lo que mejor sabe hacer: dejar que su desfachatez eclipsara cualquier atisbo de bochorno a una audiencia sin sentido crítico, capaz de gritar a los cuatro vientos sus gatillazos, cada día de partido en el Camp Nou, asociados al 1714.

El intento de Joan Laporta -con un dosier en una mano y un CD en la otra- para convencer a su auditorio de las bondades de la información que contienen, pasará a la historia como uno de los momentos más ridículos e indignos de un presidente del FCB a quien alguien debería preguntar cómo se gana la vida.

Rodeado de sus directivos y de una claque periodística afín a sus inmoralidades, el presidente del FCB fue dando rodeos a algo imposible de explicar sin correr el riesgo de pasar por el juzgado. Con sus ronroneos -más propios de un tocino que de un gato, que le permiten ganar tiempo para no quedarse en un incómodo silencio-, engarzó un discurso trufado de medias verdades, mentiras y certezas enmascaradas que provocan vergüenza ajena, en un juego de la confusión premeditado.

Fue una soflama cargada de victimismo y populismo, dirigida al populacho más fanático y servil. Laporta tuvo que retrotraerse a 1939 para desviar la atención de lo esencial: seguir la pista del dinero. Porque si es del todo inaceptable que Laporta justifique el peculio pagado por el club en informes sin ningún valor, lo es más todavía lo que se huele en el aire.

¿Dónde ha ido a parar el dinero?

Es un buen momento para sacar a colación una frase hecha que se utiliza de manera habitual en España, ¡Qué no te enteras, Contreras!, un modo de señalar al difunto Josep Contreras, finado la pasada Navidad, de manera muy oportuna para muchos de los implicados en el sucio asunto Negreira.

En una sesión de baño y masaje, rodeado de periodistas de la Catalunya obediente, descartando en su turno de preguntas a los periodistas replicantes de El Confidencial, El  Mundo y  ABC, bien arropado por sus directivos, Laporta saco a colación al Real Madrid, el mejor neurotransmisor para que los cerebros empañados de tantos socios y aficionados generen dopamina, en una derivación muy oportuna del Espanya ens roba.

Cuando Laporta hizo mención a la catalanidad se refiere a la invasión complaciente de banderas independentistas en el Camp Nou, símbolo de un independentismo excluyente que nada tiene que ver con el catalanismo.

El FCB es demasiado grande para caer, y si a ello le unimos que  Laporta guarda en el bajo vientre, escondido entre los pliegues epidérmicos, el botón nuclear, lo previsible es que el FCB salga indemne tanto a nivel judicial como deportivo en España.

Otra cosa es lo que dicte la UEFA, pero para este supuesto Laporta tiene preparada una sortija con diamantes que si finalmente decide regalarla a su dirigente, enardecería a Aleksander Ceferin hasta el punto de hacerle caer en la obscenidad.

 

CLAUDIO CANIGGIA ( 1967 )

 

MENTIR CON LA APARENTE VERDAD

Los lectores habituales del Blog han estado muy cerca de la verdad intrínseca a lo largo de los meses en los que hemos denunciado la gran farsa del fútbol español.

La otra verdad futbolística, la que se desliza ante los ojos del gentío, la que se incrusta en los oídos de los aficionados y profesionales agregados a este deporte, es una verdad que se nutre de grandes mentiras, de las secreciones de un pozo sin fondo, rebosante de falsedades y fraudes.

El 20 de marzo de 2022, cuando el Fútbol Club Barcelona ganó al Real Madrid, en el Santiago Bernabeu, por 0-4, denunciamos la pantomima recreada en el terreno de juego, en un encuentro pactado para sacar al FCB de una sentina que lo estaba arrastrando sin remisión. Fue un trato entre el RM y el FCB, para compensar que los azulgranas no iban a ganar una Liga que les pertenecía, de acuerdo a los pactos suscritos para afrontar el período de la Covid.

La estipulación tenía las condiciones propias de un pagaré, con vencimiento a un año vista, que había que devolver, sí o sí. Ocurrió que desde el FCB se negó el pago el día convenido  -partido de Liga en el Camp Nou entre el FCB y el RM, jugado el 19 de marzo de 2023, que ganó el FCB por 2 goles a 1-. El enfado de Florentino Pérez fue enorme, lo que supuso que no estuviese presente en el palco del Camp Nou el día del partido.

El trilero Joan Laporta, experto en pufos y tramas, modificó la fecha del plazo y se comprometió a saldar la deuda el día 5 de abril de 2023, en el partido de vuelta de las semifinales de la Copa del Rey. Si bien a Florentino Pérez le disgustó el giro de guión, finalmente aceptó que lo esencial era cobrar la deuda en un plazo razonable. Conocedor de la facilidad que tiene el personaje Laporta para descocarse, dio el visto bueno a la demora aunque tomó la precaución de no pisar el palco del Camp Nou, hasta que se confirmara que se le redimía hasta el último gol.

En la previa del partido, Carlo Ancelotti se atrevió a anticipar que al RM ya le tocaba ganar al FCB después de haber perdido los tres últimos partidos con los azulgranas. Xavi Hernández, fiel al guión, se preparaba para afrontar su noche más denigrante como entrenador, una noche que compensaría el favor recibido un año atrás, afirmando que el RM era el favorito en la eliminatoria, a pesar de que el FCB había ganado por 0-1 en el Santiago Bernabeu.

A las nueve de la noche del 5 de abril de 2023, en la grada del Camp Nou había más de noventa y cinco mil ilusos, dispuestos a animar y encabritarse, sin saber ni intuir que iban a asistir a un partido cuyo atrezzo ya estaba perfectamente pautado.

La primera parte fue de una apariencia bastante ajustada a la realidad de un partido de fútbol, un  modo impúdico de compensar tanta estulticia a unos aficionados que viven en una ficción desmedida -la humareda de la independencia, la distorsionada pandemia, el pábulo de los inyectables y la farsa futbolística- desde hace años.

La comedia alcanzó su máxima expresión con la ejecución del plan en forma de goles y de una aplastante superioridad del RM en el segundo tiempo. Al final, 0-4 a favor del RM. Favor con favor de paga. Nada nuevo que los lectores del Blog no conociesen por anticipado.

La procacidad de los hechos probados resulta intolerable, pero si a ello le añadimos los análisis y reflexiones de los comentaristas y tertulianos deportivos, de periodistas noveles, talludos y próceres, la  estupidez alcanza tal grado de simpleza que se abraza con la necedad más extrema, dando como resultado un parloteo infame, la culminación de la imbecilidad más ilustrada.