Los cinco meses de Radomir Antic (1948-2020) como entrenador del FC Barcelona fueron de una capital importancia, dado que logró revertir una situación deportiva sumamente complicada, la cual merece ser rescatada del inmerecido olvido en la que se encuentra, ya que ayuda a comprender la trayectoria del devenir contemporáneo del club.
A mitad de la temporada 2002-03, con el equipo clasificado en 15º lugar y con los peores augurios acechando, la posibilidad de un descenso era una opción nada descabellada dada la dramática situación en la que se encontraba el club, inmerso en una gran crisis de institucional. La llegada de Antic implicó el cese en sus funciones de Louis Van Gaal como entrenador.
Con el neerlandés al frente durante la primera mitad de la temporada, la trayectoria en la Champions League había sido sobresaliente, con el equipo clasificado para octavos de final sin conocer la derrota. En contrapartida, en el campeonato liguero las sensaciones eran radicalmente opuestas, con el estado anímico de la plantilla por los suelos, lo que hacía presagiar los peores escenarios posibles.
Radomir Antic fue presentado como entrenador del primer equipo el 2 de Febrero de 2003. Y tan solo diez días después, Joan Gaspart dimitía de sus funciones como presidente del club, dejando el club en manos de una junta gestora hasta las elecciones previstas para Junio de 2003.
Una de las primeras decisiones que el nuevo entrenador afrontó fue la de cambiar radicalmente el precario aspecto emocional del equipo, organizando comidas como terapia de grupo, y transformando las dinámicas de entrenamiento, en aras de revolucionar la alicaída alma del equipo, dotándolo de una mayor fortaleza mental, aumentando así la compenetración de sus miembros.
A nivel táctico, proporcionó más seguridad defensiva al equipo, minimizando los riesgos a tomar a nivel defensivo, logrando clasificar al Barça para la siguiente edición de la Copa de la UEFA -hubiese sido la primera vez en la historia sin acceso a una competición europea- alcanzando una meritoria sexta plaza en la Liga.
En lo que a la Champions League se refiere, el equipo fue eliminado en cuartos de final por la Juventus, en una eliminatoria muy igualada en la que el conjunto culé mereció ganar por juego y oportunidades claras de gol. Al final, el Barcelona quedaría eliminado con un gol de contraataque en la prórroga a cargo de Zalayeta.
Durante su etapa al frente del FC Barcelona, Antic dirigió a jugadores como Xavi, Puyol, Luis Enrique, Iniesta o Valdés, además de otros integrantes de la plantilla como Kluivert, Riquelme, Saviola, Cocu o De Boer. Con él al frente, jóvenes jugadores de la cantera como Motta y Oleguer empezaron a tener sus primeros minutos.
El gran trabajo llevado a cabo por Antic, que conoció solamente la derrota en 4 encuentros de los 24 que dirigió, tuvo efectos balsámicos para el futuro inmediato de la institución más allá de su corto periplo por el club.
Salvó los cimientos básicos de la primera plantilla, apostando por Valdés como guardameta, adelantando a Xavi hacia posiciones más cercanas al área rival y, por encima de todo, situando a Puyol como central, puesto del que ya jamás se movería en el futuro. Decisiones que se desvelarían totalmente acertadas.
Es de justicia reivindicar la relevante herencia de Antic, por fugaz que fuese su paso por el FC Barcelona. Nunca es demasiado tarde para resarcirla del injusto olvido en la que se encuentra.
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