El 25 de junio de 1988 la selección neerlandesa se proclamaba campeona de Europa. Con dos subcampeonatos del Mundo (1974 y 1978) y habiendo revolucionado la historia del fútbol, los Países Bajos lograban por fin su primer gran título internacional bajo la batuta de Rinus Michels.
Ronald Koeman había debutado con la selección holandesa el 27 de abril de 1983, a la edad de 20 años. En aquel histórico día en Utrecht tuvo el privilegio de compartir titularidad con su hermano Erwin, en el partido amistoso que enfrentó a los Países Bajos contra la selección de Suecia. El encuentro acabó con un claro 0-3 favorable a los escandinavos.
Por aquellas fechas, Koeman pertenecía aún al FC Groningen, en la que sería su última temporada en las filas del equipo verdiblanco. Koeman ya se había erigido como el líder indiscutible de su equipo y demostró ser el mejor jugador de la plantilla durante el transcurso de la temporada 1982-83.
En lo que a la selección holandesa se refiere, había grandes expectativas puestas en las posibilidades de la joven y talentosa nueva generación de jugadores neerlandeses. Sin embargo, entre 1984 y 1986 se encadenaron dos grandes decepciones a nivel internacional. El éxito debería esperar.
Por un lado, la no clasificación para la Eurocopa 84 fue especialmente dolorosa, dado que la desfavorable diferencia de goles frente a la selección española sería la razón que impediría el acceso a la fase final. Tal diferencia de goles a favor del equipo de Miguel Muñoz fue lograda gracias a la histórica victoria sobre Malta por 12-1, que trastocó todos los planes de futuro de Holanda. Un duro golpe para una generación destinada a marcar una época en el devenir del fútbol.
Por lo que respecta a la fase de clasificación para el Mundial de México 1986, Holanda y Bélgica llegaron ambas como mejores segundas clasificadas de grupo en la liguilla, por lo que se enfrentaron a doble partido en un duelo que dirimió la última opción de acceso al Mundial. Serían los belgas quienes, finalmente, conseguirían la victoria y el pase a un torneo en el que destacaron.
Tras las dos decepciones acumuladas, 1988 significó conseguir el mayor hito para la selección neerlandesa hasta día de hoy, y liberarse del amargo sabor de las derrotas en los Mundiales. Con la nueva generación de futbolistas totalmente compenetrada, los Koeman, Van Basten, Gullit, Rijkaard, etc. consiguieron ganar el título de campeones de Europa frente a la Unión Soviética el 25 de junio de 1988 en Múnich.
Tan solo un mes antes, Koeman se había proclamado campeón de Europa de clubes con el PSV Eindhoven, equipo con el que ganaría el triplete aquella misma temporada 1987-88.
Sería justamente un año después cuando se oficializaría su fichaje por el FC Barcelona, club con el que pasaría a la historia, logrando ser el artífice de la tan anhelada Copa de Europa en 1992.
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