Valoro la alineación del FC Barcelona en el Allianz Arena como una decisión prudente e idónea de Xavi Hernández, atendiendo al rival que tenía enfrente. Priorizó una defensa recia, con laterales que durante el partido no hicieron aventuras en el área contraria, respetando una línea invisible trazada en la mitad del campo rival como límite de riesgos a asumir, con un juego combinatorio y reconocible, girando en torno a las genialidades de Pedri y del ancla con tentáculos de pulpo que es Lewandowski.
En definitiva, un 4-3-3 con precauciones, con las rémoras de los últimos años en el banquillo o en la grada, y con la suplencia de Eric García, un jugador discutible para este tipo de partidos.
La primera parte del Barça fue notable, haciéndose merecedor de ir por delante en el marcador, pero lo que se podía intuir de cara a la segunda parte era que el ritmo, los duelos y la presión habrían desgastado a un equipo que en los primeros quince minutos de la segunda parte fue superado con amplitud.
Después de comprobar el rendimiento del FCB en el campo, se puede afirmar que el equipo azulgrana ha vuelto, ahora sí, a la alta competición, pues está en condiciones de disputar todos los partidos contra equipos de alta gama, cuando hace solo unos meses eran el preludio de un funeral. La inversión en fichajes ha sido costosa y conveniente, además de acertada, con lo que la táctica y el estilo se revalorizan cuando se tienen jugadores con iniciativa e imaginación.
Cuando el FCB pasa del medio campo se trasluce una capacidad creativa generadora de ocasiones de gol que anticipa una temporada relevante en cuanto a resultados, aunque las excesivas urgencias pueden dejar un gusto amargo en el caso de ser superado en Liga y Champions.
En cuanto al Bayern cabe decir que su juego es muy reconocible, con un fútbol vertiginoso en modo avalanchas, que con un Musiala excepcional somete al contrario. No obstante, con el paso de las jornadas se hace evidente que no han sido capaces de llenar el vacío dejado por Lewandowski. La intención inicial era la de suplirlo con Haaland pero finalmente el equipo se ha quedado sin un delantero centro. Han fichado a Mané, un extremo, al que se le ve todavía muy inadaptado al juego del Bayern.
En el partido contra el Barça el Bayern ha echado mucho de menos al lesionado Coman, uno de los jugadores más desequilibrantes del mundo. También ha notado la falta de Goretzka en la primera parte, un jugador que recuperado de unas molestias físicas ha jugado desde el minuto 46, con una influencia en el juego importante para el desenlace final del partido.
La sensación que transmite el Bayern es la de un grupo que juega con desenfreno al cara o cruz, en un ir y venir desasosegante que en algún momento se le puede volver en contra según la aleatoriedad que muestre el azar.
En definitiva, a pesar de la derrota, en el FC Barcelona deberían interiorizar el resultado como un mal menor, un mero contratiempo, siempre y cuando no se tropiece con el Inter de Milán en la próxima jornada de la liguilla de la fase de grupos, en el Giuseppe Meazza.
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