En estas últimas semanas el mundo del fútbol asiste incrédulo a la emoción sin par de la Liga española. Los periodistas, algunos en modo catedrático del balón, analizan y postulan las razones por las que un equipo u otro ha sido incapaz de ganar un partido que, de haberlo ganado, habría significado tomar una ventaja importante en el objetivo de ganar la Liga. Día tras día, el carrusel de tópicos coreado desde todos los medios de comunicación ofende a la inteligencia.
Hay diferentes modos de contar la verdad. En el caso que nos ocupa voy a recurrir a la tradición zen, al koan, un problema que el maestro plantea al alumno de un modo sinuoso, de tal manera que trasciende la consciencia y va más allá del sentido literal de las palabras.
Para descubrir y llegar a la comprensión de la verdad es necesario salir del carril por donde se circula. Hay que situarse en un lugar en que la perspectiva aporte disquisiciones encadenadas, para que al final se encienda la luz que lo ilumine todo. Hay que apartar el discurso racional que sirve de envoltorio de nuestras vidas para pensar de otro modo. En la resolución de un koan hay que prescindir de la lógica del enunciado, pues de no hacerlo así, el trayecto recorrido lleva hasta la casilla de salida, una y otra vez.
Las cuestiones que planteo a continuación parecen tener una respuesta muy simple y, no obstante, esconden contradicciones muy relevantes:
¿Por qué el día que el Barça puede ponerse líder en la Liga en su partido contra el Granada, Koeman alinea a Sergi Roberto -recién salido de una larga lesión- y a Umtiti, un jugador que casi ni juega por sus problemas de rodilla?
¿Qué hacía Koeman en la grada el día del partido Barcelona - Atlético de Madrid?
¿Por qué faltando pocos minutos para terminar el partido Barcelona -Atlético de Madrid, Leo Messi lanzó una falta cerca del vértice del área rival hacía atrás, en lo que fue un pase al jugador atlético Joao Félix, cuando siempre golpea el balón con peligro evidente hacia la portería contraria, buscando la escuadra o un remate?
¿Qué hacía Lopetegui en la grada el día del partido Real Madrid - Sevilla?
En la modernidad líquida en la que estamos sumergidos, hace mucho tiempo que la realidad no tiene nada que ver con la verdad. Una cosa es mirar y otra muy diferente, interpretar lo que se está viendo. La punta del velo de Isis está en manos de cada uno de nosotros. En la tradición egipcia destaparlo implicaba conseguir la inmortalidad. En este caso, descubrir el velo de la verdad significa desenmascarar un simulacro y correr algunos riesgos.
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