miércoles, 26 de mayo de 2021

TODA LA VERDAD Y NADA MÁS QUE LA VERDAD

En la película Medianoche en el jardín del bien y del mal, el personaje Jim Williams, interpretado por Kevin Spacey, asevera: la verdad, igual que el arte, está en el ojo del que la mira. Tú cree lo que quieras, y yo creeré lo que sé. Me serviré de esta frase como punto de partida de un contenido polémico que seguidamente paso a exponer.

Ha terminado la Liga española con el beneplácito de unos y otros a pesar de que parte de su desarrollo no ha sido más que una mascarada. Se ha ofrecido al mundo entero una emoción enlatada que, tanto los periodistas como los aficionados, se han zampado como si estuviesen comiendo en el mejor restaurante de la Guía Michelin.

Que nadie de la tropa periodística que pregona sin parar noticias y chanchullos deportivos como si fuesen catedráticos, no haya sido capaz de insinuar siquiera una duda ante lo que se estaba viendo, es la señal evidente de su nula capacidad crítica.

En la Liga española, en la temporada 2020-2021, se ha llevado a cabo un pacto que beneficiaba a todos los integrantes del negocio del fútbol patrio, un win-win en toda regla, con algún efecto secundario indeseable: apostantes que por un guión establecido no tenían ninguna posibilidad de que su apuesta resultara ganadora.

Napoleón Bonaparte escribió en la última página de su ejemplar de El príncipe, que el fin justifica los medios. En una época de supuesta pandemia, con una crisis económica galopante, con los restaurantes cerrados por la noche, sin pubs, sin asistencia a los estadios de fútbol, etc., el Gran Hermano peninsular ha llevado la emoción a nuestras casas y, de paso, ha aumentado la audiencia de la Liga española, tanto en España como en el resto del mundo, mediante un Soma puesto al alcance de todos, una droga que permite olvidarse de los problemas diarios y evadirse de la dura realidad.

Podría enumerar muchos más ejemplos a los ya mencionados en el anterior artículo, La verdad oculta, pero para hacerse una buena idea del tinglado al que nos han sometido, solo hay que ver el resumen del partido Atlético de Madrid-Osasuna.

Cuando el Osasuna se adelantó en el marcador con el inesperado gol marcado por Budimir, hay que observar la reacción inopinada de Savic, fuera de sí, increpando al jugador osasunista. Habría estado bien que los avispados lectores de labios hubiesen hecho el intento de entender lo que se decían. Claro que es razonable pensar que utilizaran el serbocroata para esta disputa tan extraña.

Después del gol del Osasuna, poniéndose 0-1 en el marcador, faltando un cuarto de hora para terminar el partido, podría parecer que toda mi teoría de la conspiración se iría al garete, pero era tal mi convencimiento, corroborado durante varias jornadas en las que expuse lo que ocurriría en diferentes partidos a mi gente más cercana, que esbocé una sonrisa y no tuve ni la más mínima duda de que el Atlético ganaría el partido.

Los goles del Atlético no tardaron en llegar, aprovechando pasadizos muy oportunos en el gol del empate, y con un equipo paralizado dentro de su área permitiendo el segundo gol.

Para disipar alguna duda que pueda haber, solo hay que ver el segundo gol del Atlético contra el Valladolid, con el pase absurdo del jugador del Valladolid, Guardiola, para dejar a Suárez solo ante el portero y así marcar el gol de la victoria atlética, sellando de manera merecida su condición de campeón.

Esta última afirmación puede parecer una contradicción atendiendo a lo comentado anteriormente, pero en modo alguno lo es. En este juego de bandidos, no es necesario que abra todas las puertas, pues es fácil deducir lo que hay detrás de cada una de ellas.

En este simulacro a cuatro bandas para disputarse el título -Real Madrid, FC Barcelona, Sevilla y Atlético-, se ha llegado a tal punto de insensatez que el cuestionado Koeman lo está, no tanto por haber perdido una Liga que no podía ganar, insisto en eso, que no podía ganar; sino que lo está por no haber sido capaz de representar junto a sus jugadores, un intento más o menos épico de querer ganarla, tal y como sí ha hecho el Real Madrid de Zidane.

De tal modo que ahora nos encontramos con un Real Madrid que ha parecido que quería ganar la Liga y que a partir de la extraña actuación del VAR en su partido contra el Sevilla, puede justificar no haberla ganado por razones extradeportivas. En la capital se le pone un notable a la temporada del Real Madrid a pesar de no haber ganado ningún título. El hecho de haber llegado hasta las semifinales de la Champions y disputado la Liga hasta el último minuto, les otorga la condición de equipo que nunca se rinde y que si no gana, al menos cumple con lo que se espera de ellos.

El FC Barcelona, en cambio, desde la convocatoria de la plantilla, con sus mujeres, en casa de Messi, -el lunes 3 de mayo, pocos días después de haber perdido en casa con el Granada, con la surrealista alineación de Koeman el día que podían ponerse líderes-, una convocatoria que según los medios de comunicación cegatos fue para conjurarse ante las jornadas decisivas de la Liga, cuando en realidad fue para despedir la temporada oficial antes de afrontar el paripé contra el Atlético y los sucesivos partidos.

Fue tal la desidia mostrada por el equipo -contra el Granada,  Atlético, Levante y Celta-, incapaz de representar con nota la farsa prevista, que la totalidad de aficionados y periodistas les han acusado de tirar la Liga y de tener una actitud poco profesional, cuando de lo único que son culpables es de no haber escenificado de manera adecuada el guión establecido.

Que un buen profesional como Ricard Torquemada expresara desde los micrófonos de Catalunya Ràdio, que el partido que jugó el Barça contra el Levante ha sido el partido que le ha dejado más desconcertado desde que hace las retransmisiones del FC Barcelona, denota el lamento de un hombre honesto que no ha sido capaz de levantar la vista y observar el horizonte, un hombre al que le falta muy poco para romper el cristal azulado que endulza la verdad.

domingo, 23 de mayo de 2021

LIGUE 1, DESENLACE FINAL

La Ligue 1, competición creada en 1932 y de la cual forman parte un total de 20 clubes, está considerada como una de las 5 grandes ligas del continente europeo, junto con la Premier League inglesa, la Liga española, la Serie A italiana y la Bundesliga alemana.

El atractivo de lo que está en juego esta noche radica en el hecho de que el PSG tiene a su alcance igualar el récord histórico de títulos que ostenta el AS Saint-Étienne, siempre y cuando el Lille OSC, máximo favorito al título, desaproveche la gran oportunidad que se le presenta.

Desde el año 2011, el PSG se encuentra bajo la tutela de Qatar Investments Authority, y su reinado en la Ligue 1 es total y absoluto, habiéndose adjudicado los títulos de las temporadas 2013,2014,2015,2016,2018,2019 y 2020.

Un dominio incontestable -y previsible- donde los haya, cediendo tan sólo el trono liguero en las temporadas 2011, 2012 y 2017, proclamándose campeones el Lille OSC, Montpellier y AS Monaco FC respectivamente.

En el supuesto de lograr el título, el PSG se encaramaría a lo más alto del palmarés galo, empatando a 10 títulos con el AS Saint-Étienne, club histórico del fútbol francés que desde el año 1981 -con Platini en sus filas-goza de semejante estatus.

Baste recordar que el AS Saint-Étienne es uno de los 5 clubes franceses en toda la historia en haber disputado una final de la Copa de Europa o Champions League, concretamente en el año 1976, final en la que fue derrotado por el Bayern de Múnich, junto con los nombres de Stade de Reims, Olympique de Marsella, AS Mónaco FC y PSG.

Con todo, es preciso recordar que antes de la llegada del capital financiero de Qatar, el PSG contaba tan sólo con 2 ligas francesas en su palmarés (1986 y 1994) y con un gran título continental (la Recopa de Europa de 1996).

Veremos si el Lille OSC es capaz de mantenerse firme en lo más alto de la tabla como lo ha ido siendo a lo largo de toda la temporada, y no cede a la presión y le puede el miedo escénico en el día más señalado, el del desenlace final que le puede encumbrar de nuevo a la gloria.

De lograrlo, entraría de nuevo en la historia al conquistar su quinto título liguero (1933,1946,1954 y 2011) justo una década después de su última hazaña. Si así fuere, atestaría un duro golpe a Nasser Al-Khelaïfi.

UNA CENA MUY ORIGINAL

Los integrantes de masalladelgol-colectivopessoa , seudónimos anónimos agazapados detrás de heterónimos invisibles, hemos llegado a la con...