Fue en el verano de 1983 cuando Ronald Koeman firmó el contrato que le ligaba con el Ajax de Ámsterdam. Proveniente del Groningen, Koeman ya había destacado de manera fehaciente, llegando a ser la estrella del equipo del norte de Holanda.
Con tan sólo 20 años a sus espaldas, Koeman debía afrontar por aquellas mismas fechas el obligatorio servicio militar de su país, concretamente en la división de las fuerzas aéreas, en la base establecida en Nijmegen.
Según se relata en un episodio del libro “Koeman, su vida y el Barça”, editado por el diario Sport en 1995, Ronald vivió una experiencia que podría haber cambiado totalmente el devenir de su vida y acabar de manera trágica. Durante unas horas libres de breve permiso, Koeman y tres colegas más decidieron ir de copas y bailar un poco para evadirse de la férrea disciplina militar.
Sin embargo, el tiempo libre inicialmente previsto se alargaría más de lo estipulado y cuando se percataron de ello, habían sobrepasado en dos horas el horario normativo de regreso al campamento militar.
Así, de vuelta hacia las 03h de la mañana, habiendo ingerido unas cervezas de más, ya con todos los accesos cerrados a cal y canto, a Koeman y sus colegas les quedaba solo la opción de saltar la valla para poder acceder al interior del campamento. En el intento, dado el ruido y los movimientos en horario prohibido, un centinela les dio el alto, pero nadie respondió ni se detuvo al aviso, con lo que el soldado acabó por disparar y la bala emitida rozaría la oreja de Koeman.
Según relataba Ronald en el mencionado libro, “después de ese episodio tuve que pelar miles y miles de patatas…”
A consecuencia de aquel episodio, Koeman fue trasladado a Hilversum, donde acabaría el servicio militar. Allí, en las filas de la selección militar holandesa, coincidiría con Van Basten y Vanenburg. “Logramos derrotar por 3-0 a los militares belgas. Después de eso me dejaron más libertad para entrenar”.
Fue el paso previo, una vez cumplidos los deberes militares, a su ingreso a la disciplina del Ajax.
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